Robinson Crusoe cautiva la imaginación de millones de lectores en todo el mundo desde hace tres siglos.Pocos saben que el notable aventurero tuvo contrapartes reales.
Es uno de los momentos mas asombrosos de la literatura mundial. A mediodía , mientras Robinson Crusoe pasea por la isla desierta donde ha vivido solo por más de dos décadas , de pronto encuentra una huella humana en la arena.»Quede atónito ,como tocado por un rayo», escribe el héroe de la novela escrita en 1719 por Daniel Defoe. «Me es imposible describir las muchas formas que tomaban las cosas en mi imaginación aterrada, la multitud de ideas absurdas que hallé en mis fantasías, y los extraños e inenarrables caprichos que poblaron mis pensamientos.»Este asombroso, que tiene lugar hacia la mitad de la novela, desemboca en otras aventuras, pues el solitario naufrago rescata a un nativo de una tribu de caníbales y lo llama Viernes , por el día en que se conocen. Pero en ese punto Crusoe ya resolvió desafíos aún mayores. Hijo de un acomodado negociante inglés, el joven héroe se sintió seducido por el mar. Antes de su aventura en la isla, poco faltó para que muriera durante un tempestad; luego fue capturado por piratas turcos y vendido como esclavo, hasta escapar al Brasil , donde compro una plantación. Finalmente, se dedico a la trata de esclavos, y en uno de sus viajes a Africa su barco encalló en un arrecife cercano a la desembocadura del río sudamericano Orinoco. Todos los tripulantes se ahogaron, pero Crusoe fue arrastrado por el mar hasta la playa de una isla aparentemente deshabitada.
Fiel a la ética puritana
Antes que Defoe, ningún otro autor se atrevió a escribir acerca de la soledad de un hombre. Pero aquí pretendió ensalzar las virtudes británicas. Sin desesperar ,Crusoe inmediatamente trata de «civilizar» a la naturaleza, siempre dispuesto a trabajar y a hallar soluciones prácticas. No sólo logra cultivar grano, construir muebles y domesticar cabras y loros, sino que también domina la practica de la alfarería . Mas importante aún: nunca pierde su fe cristiana y cada día agradece a Dios por salvarlo de ahogarse. Defoe, un firme protestante de clase media, logra que su héroe afronte la soledad de su vida preguntando; «¿Qué somos yo y las demás criaturas, salvajes o domesticadas, humanas o brutales? ¿Donde estamos?» Crusoe responde a su propia pregunta al reconocer que la Creación expresa en sus muchas formas la voluntad divina y que someterse a la Providencia traerá felicidad a su vida. Autónomo pero fiel a la ética protestante, el héroe de Defoe prefigura eventos políticos del siglo XVIII, cuando la clase media se incrementó y se hizo más poderosa.en cierto sentido, Crusoe fue el pionero del ideal demócrata, confiado en sí mismo y en la importancia de distinguir entre el bien y el mal. Pero lo que atrapa al lector es la historia, plena de detalles de la naturaleza, que la hacen tan convincentemente real. Aun cuando Defoe insinuó que se baso en experiencias personales, estaba pensando simbólicamente.Sus penas y tribulaciones no ocurrieron en una lejana isla desierta, sino en la grande y muy poblada isla de Inglaterra, donde pasó toda una vida enfrentando a los acreedores y sufriendo los ataques de sus adversarios políticos. Como lo recordó él mismo en un verso humorístico: Nadie más ha probado tanta riqueza Y trece veces tuve fortuna y pobreza. Sus muchos fracasos el haber perdido una fabrica de ladrillos y tejas, lo que pudo haber inspirado que Crusoe descubriera la cerámica en la isla. Por delitos políticos, Defoe fue sentenciado a la picota en tres ocasiones, pero su valeroso «Himno a la picota» puso a la muchedumbre de su lado, la cual brindó a su salud y alegremente decoró con flores el instrumento de castigo. Fue un productivo periodista, ensayista y propagandista que escribió 500 obras, pero no experimentaría con la literatura de ficción sino hasta os 59 años de edad.
Salvado por el cofre de un marinero
La memorable novela de Defoe se basó en las aventuras reales de su contemporáneo Alexander Selkirk, cuyo dramático recuento de sobrevivencia fue narrado en Un crucero alrededor del mundo, de Woodes Rogers.
Selkirk, séptimo hijo de un zapatero escocés, huyo de casa hacia el mar para defenderse de acusación de conducta indecente en la iglesia. En 1704 se enrolo en una flota bajo el mando de Wiliam Dampier. Por razones desconocidas , Selkirk se enojó tanto con el capitán de su barco, que exigió ser desembarcado en una isla desierta del atolón de Juan Fernández, frente a la costa de Chile. Antes de que el buque zarpara, al darse cuenta de las condiciones de la isla, se arrepintió y rogó ser aceptado a bordo, pero su superior se negó. En los cuatro años siguientes, el abandonado escocés sobrevivió solo, usando los pocos artículos que había en el cofre de un marinero: ropa, un poco de comida, media libra de tabaco, un mosquete, una tetera, un hacha y un cuchillo. Tal vez le fue frustrante tener también instrumentos de navegación y libros de referencia. Pero según su recuento, la Biblia se convirtió en el principal tesoro de su inmensa soledad. Crusoe, de manera semejante, tenía estos artículos básicos, pudiendo así construir una balsa para llegar a su barco encallado y rescatar varios objetos, incluyendo tres biblias. Sin tener otras palabras a su alrededor, leyó las escrituras con detenimiento durante el resto de su instancia. Al igual que Crusoe, Selkirk halló manantiales de agua dulce y descubrió cabras salvajes. Además, había cerdos y gallinas para complementar su dieta de pescado y frutas exóticas. Aunque la soledad de su exilio fue opresiva, el ingenioso aventurero cosió ropas nuevas con pieles de cabras, improvisando una aguja con un clavo viejo. Tomando hilo de calcetines usados y un trozo de tela, se hizo una camisa nueva.
A semejanza de su contraparte ficticio, Selkirk construyo viviendas de madera para dormir y cocinar, y aprendió a hacer fuego frotando trozos de madera de pino.
A principios de 1709 fue rescatado por Rogers, que comandaba una expedición hacia los Mares del Sur, con Dampier como navegante. Rogers hizo de Selkirk su contramaestre y luego lo puso al mandó de un barco capturado, el Increase. El vivaz escocés murió en altamar en 1721, pero antes de eso, cada vez que regresaba a su país natal, sus amigos lo notaban muy cambiado. Se cuenta que excavó una cueva para pasar largas horas de meditación solitaria, tal vez lamentando la perdida de su vida aislada en la isla.
Perdido en confusión
Coincidentemente, el mismo Dampier escribió acerca de otro naufrago en su libro Nuevo viaje alrededor del mundo, publicado en 1697 . Mientras navegaba, una década antes, en mismo atolón donde vivió Selkirk, envió a unos marineros a una isla para buscar comida y agua dulce. Inesperadamente, apareció en el horizonte una fragata española hostil, con la proa puesta ominosamente hacia la nave inglesa. Los marineros se apuraron al volver y Dampier levó anclas precipitademente. En medio de la confusión, todos parecieron olvidarse de un fiel nativo, nativo de la tribu cetroamericana miskito, que se interno en la isla para cazar cabras. Forzado a bastarse con las simples herramientas que tenia, el desafortunado hombre tuvo que sobrevivir con su ingenio. Su rifle resulto vital. Luego de hacer fuego con un pedernal y un trozo de hierro , calentó el cañón de su arma para romperlo en partes pequeñas, con las que hizo arpones, anzuelos, puntas de lanza y una sierra. Hizo además cuerdas y correas con piel de foca. Del mismo modo que Selkirk y el ficticio Crusoe, este igualmente vigoroso náufrago se construyo una choza y sobrevivió cazando cabras, utilizando las pieles para cubrir su choza y hacerse ropas simples. Pasaron tres años antes de que Dampier pudiera regresar y rescatar a su tripulante.
Preso en el paraiso
Pero hay otro caso real en el que posiblemente se basó Defoe: las memorias del londinense Robert Knox , que estuvo retenido durante 20 años en el reino kandiano de Ceilán (hoy Sri Lanka). Las exóticas costumbres nacionales y la belleza natural de las montañas y selvas de arboles de 30 metros fascinaron a los lectores de la crónicas de Knox, Relación historíca de la isla de Ceilán, escrita en 1681. En 1659, cuando Knox tenia 19 años, fue capturado por los cingaleses junto con su padrey unos marineros. Pero su encierro fue extrañamente benévolo. Nunca se les confinó y pudieron viajar libremente, comerciar y construir su propia vivienda, mientras no fuera en la costa, de donde podrían escapar. Knox inició una plantación y algunos de sus compañeros se casaron con mujeres locales. Siempre determinado a regresar a su país, vivió en una aldea lejana, resistiendo los intentos del rey del hacerlo secretario de la corte. La oportunidad de escapar se presento cuando él y un amigo fingieron un viaje de negocios que los llevó hasta la costa, donde se toparon con un barco ingles que se dirigía a su país de 0rigen. Aunque el monarca auocrático de Ceilán podía ser severo si se enojaba y la sociedad estaba basada en un estricto sistema de castas, la obsevaciones de Knox revelaron que el país era civilazado y pacifico. En contraste, el mas horrendo ejemplo de Defoe acerca del comportamiento primitivo, el canibalismo que Crusoe descubre en la isla supuestamente deshabitada, se basó en historias contadas por marineros.
Un deslucido precursor
A pesar de sus influencias, el secreto de la magia de Robinson Crusoe reside en el particular ingenio del mismo Defoe. Uso hechos muy conocidos para crear una obra tan original que ahora se le reconoce como padre de la novela inglesa. Su logro sobresale aun mas si se le compara con el débil intento de otro escritor – 11 años antes de que la obra de Defoe fuera publicada-, de escribir una obra literaria con base en dispersos informes de náufragos aislados y en islas del Pacifico miradas de romanticismo. Texel, un joven héroe creado por el autor holandés Hendrik Smeeks, se halla solo en una isla . Pero a diferencia del valiente y hábil Crusoe, no puede contra los desafíos y se desmoraliza cada vez más. En contraste, el héroe de Defoe se hace amo de su isla con tal confianza en sí mismo y habilidad natural que, irónicamente, muchos lectores consideran a su isla-prisión una especie de paraíso idílico. Si lo es, se debe por entero a las acciones de Crusoe. Luego en sus Reflexiones serias, Defoe explicó que el aislamiento de su mundialmente famoso héroe debería recordar a los lectores el aislamiento espiritual que todos sentimos, aun en medio de apiñadas ciudades y de vidas activas. Así se trate de este significado simbólico, del deleite de las aventuras de Crusoe o de una combinación de ambas cosas, los críticos consideran a la inolvidable novela de Defoe como una obra maestra del realismo físico y psicológico. Tal vez por eso la historia parece real. Tal vez quisiéramos creer que los seres humanos somos tan fuertes y plenos de inventiva como lo fue Crusoe, el náufrago por excelencia.
El lugar donde ocurre toda esta historia es llamada: La isla Mas a Tierra es parte del Atolón Juan Fernández, a 650 kilómetros de la costa de Chile. A principios del siglo XVIII un marinero escoses llamado Alexander Selkirk quedo abandonado ahí por varios años: su aventura tal vez inspiro a Daniel Defoe para escribir Robinson Crusoe. En el año de 1966 la isla fue rebautizada en homenaje al héroe ficticio, mientras que otra isla del atolón recibió el nombre de Selkirk en su honor.
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