El periodo del hombre temprano.
El Paleoindio
El paisaje y el clima de los continentes no son inmutables, como pareciera apreciarse en el corto espacio de la existencia humana. Los geólogos han identificado importantes cambios en la historia de nuestro planeta, que han recibido denominaciones convencionales. La penúltima de estas etapas es la Edad de los Hielos, hoy conocida con el nombre de Pleistoceno. Ésta comenzó hace cinco millones de años y se caracterizó por oscilaciones térmicas tan importantes, que provocaron cuatro sucesivos períodos glaciares. Durante la última glaciación, que en América ha sido identificada como Wisconsin, una fuerte ola polar invadió el continente. Ella produjo gran acumulación de hielos es los cascos continentales y dejó sólo algunas regiones o pequeños nichos libres de tal fenómeno. Las bajas temperaturas provocaban intensas nevazones, que acrecentaban las masas de hielo y no favorecían el regreso e las aguas como consecuencia del deshielo del verano, disminuyendo el nivel del mar. Este proceso , que ocurrió hace alrededor de cincuenta mil años , dejó descubiertas, en varias ocasiones, grandes áreas que antes formaban parte de la plataforma marina, posibilitando la existencia de un puente terrestre donde hoy se encuentra el estrecho de Behring, quedando momentáneamente unidas Asia y América. Los primeros en aprovechar esta conjunción, fueron los animales. Estos migraron de un continente a otro en oleadas sucesivas. En esa época, pastaban y cazaban en enormes estepas de Asia y América, grandes animales hoy desaparecidos: dos especies de elefantes – el mamut y el mastodonte -, el caballo americano, los milodones , los bisontes y enormes camélidos parientes del guanaco. También había otras especies que aún existen : el puma, el jaguar, el zorro y el caribú. Alrededor de cuarenta mil años atrás, un cazador que perseguía a estos animales fue el primer hombre que atravesó de Siberia a Alaska, sin saber que estaba descubriendo un nuevo territorio para la humanidad. En África, Asia, Europa y Oceanía hay testimonios de una sucesión de las distintas etapas evolutivas que dieron origen a nuestra especie, el Homo Sapiens. El primer hombre llegado a América, en cambio, pertenecía al Homo Sapiens, dando crédito al nombre de Nuevo Mundo con que este continente fue conocido decenas de milenios más tarde. Estos primeros momentos de la historia humana en América, son conocidos con el nombre de periodo del Hombre Temprano o Paleoindio. Durante esta etapa, que dura hasta alrededor del 7000 antes de cristo, los cazadores y sus familias deambulaban por las estepas y acampaban cerca de las aguadas donde los animales acudían a beber. Aprovechan esos momentos para perseguir a sus presas, espantándolas y desbarrancándolas o enterrándolas en el lodo, matando mas animales que los que podían consumir. Quizás esta actividad, en una época temprana y producida por escasos hombres, pudo haber contribuido a la desaparicíon o drástica disminucíon de especies de animales que al finalizar este período, se encontraban en proceso de extincíon. Sucesivas oleadas penetraron en América durante los momentos en que el puente de Behring estuvo habilitado y existía un corredor libre de hielos en Canadá, que permitía avanzar hacia el sur por el continente norteamericano. Los sitios arqueológicos donde se encuentra restos de estos hombres son muy escasos y se distribuyen de Norte a Suramérica, siguiendo una sucesión cronológica: los del norte son mas antiguos que los del sur, demostrando que la migración siguió este mismo sentido. En Chile se han encontrado depósitos del Paleoindio en Quereo, cerca de Los Vilos, San Vicente de Tagua- Tagua, Monteverde, cerca de Puerto Montt y en varios sitios de la Patagonia: Cueva Fell, Palli Aike y Cerro Sota. Estos últimos dan cuenta que el hombre alcanzó el extremo austral del continente hace 12.500 años.
El hombre del Paleoindio
No sabemos mucho de la vida del hombre durante el periodo Paleoindio. Los sitios de esta época son tan escasos como los restos dejados, de modo que es difícil reconstruir su vida diaria. Al parecer eran bandas o agrupaciones familiares, que se trasladaban de un lugar a otro mientras cazaban y recolectaban frutos silvestres. Conocemos algunos de sus instrumentos de trabajo, como las lanzas con puntas de piedra, entre las cuales se destacan las acanaladas tipo «cola de pescado»
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